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Hoy os contamos las claves de la llamada “fachada ventilada”, uno de los revestimientos más utilizados y demandados en los edificios: descubrimos sus ventajas y cómo puede mejorar el confort de vuestra vivienda, ayudando además a lograr un mayor ahorro energético de manera sostenible.
¿En qué se basa el funcionamiento de la fachada ventilada?
A grandes rasgos, se puede decir que la fachada ventilada se compone de 3 partes: una hoja interior, una capa aislante y una hoja exterior.
La primera de ellas, colocada directamente sobre la fachada del edificio, tiene como principal objetivo soportar la hoja exterior de este cerramiento. Asimismo, será también donde se adherirá la capa de aislamiento. Por su parte, la hoja exterior será la que comúnmente se le denomina como el “acabado”.
El conjunto de toda esta estructura deja un pequeño espacio, una cámara de aire de unos pocos centímetros (entre la hoja interior y la exterior), permitiendo así la circulación libre de aire: la clave del funcionamiento de la fachada ventilada.
Por una parte, durante los meses de frío, el espacio de la fachada ventilada entre el cerramiento y el propio muro del edificio permite una menor dispersión del calor interior, actuando así como “separador” entre el medio exterior y la pared propiamente dicha de la vivienda.
En verano, por el contrario, este hueco favorecerá a que el aire se renueve de manera constante, evitando así que se condense y se “concentre” el calor: el aire caliente sale por la parte superior del revestimiento, haciendo que el que vuelva a entrar sea más fresco, por lo que el incremento del calor exterior no afectará al interior de la vivienda.
¿Sabíais que por ello la fachada ventilada puede proporcionar hasta un 40% del ahorro energético? Además, otra de las ventajas de la fachada ventilada es la insonorización, reduciendo el ruido exterior hasta en un 20%.
Es precisamente el hueco de la fachada ventilada lo que permite que el agua no entre en contacto directo con la pared del edificio y, por consiguiente, con la vivienda, haciendo que cuando llueva solo se mojen las placas de la estructura externa. De esta forma se evita la aparición de humedades o incluso moho en el interior, además de preservar del frío.
Su estructura permite acoplar fácilmente diversos sistemas de anclaje, haciendo que los trabajos de mantenimiento o reformas en la fachada o en el edificio se realicen de una manera sencilla, más rápida y más segura para los trabajadores.
¿Conocíais las ventajas del uso de la fachada ventilada en los edificios?
Las viviendas de obra nueva de Gestilar están diseñadas con sistemas que proporcionan un mayor confort interior, consiguiendo además una estética exterior moderna con un mantenimiento mínimo.
Podríamos hablar por ejemplo de Isla de Arosa, en Alcalá de Henares; Los Gazebos en Valdebebas; los proyectos de Boadilla del Monte Islas Ons, Islas Cíes o Isla Sálvora, viviendas en las que su fachada es fundamental para conseguir un aislamiento térmico y acústico óptimo.
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24/08/2017
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